la novela fue sustentada en la teoria de la Recepcion de Jauss quien afirma:
la crítica comete una gran
injusticia porque ignora al lector. No se puede aceptar una
historia de la literatura que no refleje cómo acogieron los lectores la obra. Cuando la obra
aparece no cae sobre un vacío. Puede ser anunciada de distintas maneras y puede
responder a expectativas lectoras que estaban en el ambiente. A esto se le
llama horizonte de expectativas.
el siguiente escrito, es una muestra de las sensaciones, sentimientos y emociones que ha logrado despertar la lectura de la novela Arbol perenne eres tu" en una lectora, que se identifica de manera asertiva y experencial con el relato de tal forma, que se ve obligada a escribir sus impresiones.
13 de octubre del 2010.
Autora, Constanza Navarro. (CONY).
Licenciada en Lengua Castellana y Literatura
Universidad de Narino
03:02 de la madrugada.
Hoy desperté inesperadamente, el sueño que difícilmente logre conciliar se
esfumó. En esta madrugada, mi mente ha
querido escudriñar en el pasado y traerme recuerdos que creía olvidados. Ayer
tuve la oportunidad de leer una novela romántica que está escribiendo
una compañera. Su escrito trata la
historia de un amor frustrado, el cual marca la vida de quien narra la
historia. A mi parecer es la autobiografía de Esperanza, mi
compañera que deja ver sus sentimientos a flor de piel en cada línea de su creación.
Al leer los detalles del romance de los
protagonistas de “Árbol perenne eres tú”, el título de la novela de Esperanza,
fue imposible remitirme años atrás y recordar la historia que pareciera ser
compartida con Camila, el nombre de la protagonista de esta novela. A tiempos diferentes ambas vivimos lo mismo,
pero a diferencia mía su amor en algún momento fue correspondido, el mío, no, o
no sé; eso ya no importa, porque de ese amor solo queda el recuerdo. Sin embargo, a estas alturas de mi vida no he
logrado que deje de dolerme el corazón, al regresarme en el tiempo y revivir lo
que un día sentí. No me refiero al amor,
más bien a la decepción. A ese estado de
soledad y desesperación que se experimenta cuando se le hiere los sentimientos
en los más profundo. Qué difícil es
evitar que en mi garganta se haga un nudo y mis ojos se llenen de
lágrimas. Ojalá nunca hubiera sufrido y
nadie herido mis sentimientos. Pero de
eso se trata la vida en algún momento debemos enfrentarnos a situaciones
extremas que de alguna u otra manera forman nuestro carácter y nos dan la
madurez suficiente para construir una nueva historia y de paso nuestras vidas.
Volviendo a la novela que leí la historia
tiene un final triste. Alejandro era
feliz, luego se divorcia y sigue pensando en su amor “Camila”. Con respecto a
mi historia yo diría que para mi tuvo un final feliz, hasta el momento. Para el
hombre que en algún momento fue la ilusión más bonita en mi vida, el destino no
fue tan benévolo. Al igual que Alejandro
se casó y tuvo un hijo, al parecer era feliz o al menos eso demostraba,
después me entere que la mujer lo
abandono por otro hombre y lo dejo junto con su hijo, el niño lo tiene la
abuela paterna, mientras que el trabaja.
A veces me siento culpable por su situación, pienso que las maldiciones
que llorando le lancé mil veces, le llegaron…
Pese a todo lo que pasó no le guardo
rencor, alguna razón debió tener para
hacer lo que hizo. En estos momentos
hasta me gustaría encontrarlo para
reclamarle o reprocharle el daño que me hizo, más bien para charlar como amigos
y que me cuente que pensaba cuando estaba conmigo y que pasó después que todo
acabó. Me gustaría escuchar su versión
sin buscar reconciliación o consuelo al dolor pasado, “simple curiosidad”,
(como dicen por ahí). Me intriga saber lo que pasó en su vida, tal vez seríamos buenos amigos
porque él era una persona muy divertida y un buen conversador.
En estos momento me sorprende poder
hablar así, sentir lo que siento, cuando
en años atrás creí morir. A mí la vida
me dio la oportunidad de conocer a un ser maravilloso con el que hoy comparto
una hermosa relación. Álvaro es el salvavidas que me rescató de la tormenta, en
la que se había convertido mi vida.
Gracias a él puedo decir que la vida vale la pena y que no importa el
pasado, que esta nueva historia es mi presente y tal vez mi futuro. Digo, “tal
vez” porque todo es incierto, las únicas certezas son el nacimiento y la
muerte, y aunque nuestra relación esté pasando por una prueba muy grande que es
“la distancia” en mi corazón tengo la confianza en su amor y en mío que con
paciencia sabrá esperar el tiempo que sea necesario, aunque no niego que siento
miedo, sin embargo hay que dejar que la vida trascurra y que el destino haga lo
suyo. Para bien o para mal, aprendí que
por mas grande que sea el dolor, el amor no mata “físicamente2 y que siempre
habrá algo porque vivir.